Elecciones de Estados Unidos 2020: el Importante Papel de las Universidades

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Cuando hablamos de Estados Unidos, hablamos de la democracia vigente más antigua del mundo. La Constitución del país norteamericano fue aprobada en 1787. Sin embargo, por paradójico que parezca, ejercer el derecho a voto no es tarea sencilla. Grosso modo, esto se debe a dos factores principales.

Factores de la baja participación electoral en Estados Unidos

Hay que registrarse 

En España, el censo electoral incluye automáticamente a toda persona que sea mayor de edad y no se encuentre privada del derecho al sufragio. Para votar en persona, basta con acercarse a la mesa electoral correspondiente con DNI en mano. 

En Estados Unidos, por el contrario, el votante ha de realizar una preinscripción antes de cada elección. La fecha límite para ello varía entre estados, desde la misma jornada electoral (Connecticut o Colorado) hasta 30 días por anticipado (Hawaii o Alaska). 

Día laborable y lectivo

Debido a una ley aprobada en 1845, las elecciones presidenciales en Estados Unidos tienen lugar el primer martes de noviembre. Y no, no es festivo nacional. Cierto es que cada vez más estados permiten votar por correo o físicamente por adelantado, pero que el Día D sea laborable se refleja en la baja participación. En 2016, solo votó un 56% de los ciudadanos que podían hacerlo, un porcentaje bajo comparado con otras democracias avanzadas del siglo XXI. Multitud de trabajadores elijen no votar en lugar de ausentarse de su empleo el martes electoral.

Otros motivos que fomentan la baja participación son los requisitos de identificación o, especialmente, la propia naturaleza del sistema electoral norteamericano: el first-past-the-post o escrutinio mayoritario uninominal. Pero explayarse sobre esto sería desviarse  demasiado de nuestro tema principal, que no es otro que la implicación de las universidades en estas elecciones de 2020.

Las universidades promueven la participación electoral en Estados Unidos

La NCAA cancela entrenamientos y competiciones 

Este mismo año, la NCAA aprobó una medida interna para eliminar toda actividad deportiva de División I cada primer martes de noviembre, permitiendo a más estudiantes-deportistas estadounidenses acudir a las urnas y/o realizar otras actividades relacionadas con las elecciones. Esto es un gran paso adelante. 

Tiempo muerto para una pequeña anécdota personal. Ocho años atrás, iba a cubrir en directo con otros estudiantes de Periodismo las elecciones de 2012 para la agencia Associated Press (AP), pero el hecho de tener entrenamiento de 20 a 23 horas me impidió acudir a mi particular cita con los comicios. Este año hubiese sido posible.

Tanto públicas como privadas, las universidades aportan su grano de arena 

Numerosas universidades cogieron el testigo de las franquicias de las grandes ligas profesionales y decidieron ceder sus instalaciones para la votación. Aunque en principio la junta directiva se mostró reacia debido al COVID-19, la Universidad de Georgia aprobó la instalación de mesas electorales en su pabellón de baloncesto, el Stegeman Coliseum, con una capacidad para 10.500 espectadores antes de la pandemia.  Además, la plataforma estudiantil UGA Votes proporciona toda la información necesaria para que miles de Bulldogs puedan votar si lo desean.

En Houston, uno de los puntos calientes será el estadio de fútbol americano de la Universidad de Rice. Es más, según este artículo del Houston Chronicle, las mesas electorales serán ocupadas al cien por cien por estudiantes, liderados por Mason Reece, alumno de tercer año de Ciencias Políticas. Previamente, el miembro del equipo de atletismo Ace Castillo promovió una iniciativa cuyo objetivo era conseguir que todos los estudiantes-deportistas de Rice se registrasen para votar.

En definitiva, que las universidades en particular y el sistema universitario en general están dando los pasos adecuados para facilitar el derecho a voto, recogido en la 15ª Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos.

Texto: Pablo Mosquera